Los jeroglíficos,“palabras sagradas talladas”
Es muy importante tener en cuenta que, en el antiguo Egipto, casi nadie sabía leer ni escribir. Era un privilegio que sólo tenía la gente poderosa, como los miembros de la realeza, los sacerdotes y los escribas.
Los escribas se encargaban de escribir los documentos del gobierno, clasificar informes relacionados con la economía del país, etc. Como por sus manos pasaba mucha información secreta y valiosa, al principio sólo podían ser personas de confianza del faraón.
A finales del siglo XVIII, el general francés Napoleón Bonaparte, al mando de miles de soldados, invadió Egipto. En la ciudad de Rosetta, durante el verano de 1799, unos miembros de su ejército estaban cavando una trinchera. De repente, un soldado tropezó con una extraña piedra que le llamó la atención. La desenterraron y descubrieron que se trataba de una roca pulida de granito oscuro, de más de un metro de altura, que tenía grabado un texto, dividido en tres partes. Cada parte estaba escrita en un idioma distinto: la primera estaba formada por jeroglíficos, la segunda estaba en egipcio demótico y por suerte, la tercera en griego.
En clase hemos aprendido a escribir nuestro nombre y conocido sus símbolos sagrados.
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