Las partes de la planta y la fotosíntesis.

Las plantas son seres autótrofos, es decir, son capaces de nutrirse a partir de sustancias inorgánicas. El complejo proceso químico por el que consiguen hacerlo es la fotosíntesis y se desarrolla en los cloroplastos.
Para realizar este proceso, las plantas toman sales minerales y agua del suelo por la raíz. Esta mezcla, que se llama savia bruta, llega a las hojas a través de finos tubos que hay en el interior de las plantas y que se llaman vasos leñosos. A su vez, las plantas toman un gas del aire llamado dióxido de carbono a través de sus hojas. Cuando las sabia bruta llaga a las hojas se mezcla con el dióxido de carbono y con ayuda del sol se crea la savia elaborada. Es decir, en las hojas de las plantas es donde se produce el proceso de la fotosíntesis.


 
Las hojas se pueden dividir anatómicamente en dos partes: limbo y peciolo. El limbo es la parte de la hoja encargada de realizar la fotosíntesis y regular la transpiración. Aquí se encuentran la mayoría de los estomas y clorofila de la planta. El limbo posee dos superficies, una superior, denominada haz  y otra inferior, denominada envés. La superficie que normalmente queda expuesta al Sol es el haz, mientras que el envés es la superficie que queda oculta. 

Algunos estudios apuntan a que si tan solo desapareciesen las plantas superiores de la faz de la Tierra, en tan solo 70 días las proporciones de dióxido de carbono de la atmósfera se volverían letales; las poblaciones de animales enfrentaría dos amenazas, quedarse sin aire respirable y sin comida, y el oxígeno acabaría agotándose pasados unos 50.000 años. Hoy sabemos casi con certeza que la mayor parte del oxígeno en la atmósfera terrestre procede de un evento que tuvo lugar entre hace unos 2.800 millones de años, momento en que se cree que surgieron los primeros microorganismos productores de oxígeno, las llamadas cianobacterias.

Actividad de aula,



Celula vegetal (ver maqueta de clase)







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